domingo, 24 de noviembre de 2013

Articulo de Antonio Bonet Salamanca sobre León Ortega en Huelva Información.

El doctor en Historia del Arte Antonio Bonet Salmanca ha publicado un articulo reivindicativo de la Semana Onubense en general y de la obra del escultor León Ortega en particular en el diario Huelva Información: Impresiones de un visitante a la magna onubense

Impresiones de un visitante a la Magna onubense.

 La proclamación del Año de la Fe propició la organización de diversas salidas magnas, encuentros, exposiciones vía crucis y demás actos protagonizados por las hermandades y cofradías penitenciales en el ámbito nacional.

La Magna onubense tuvo que ser, como en otros supuestos, suspendida ante las confirmadas previsiones de lluvia, que, aunque mantuvieron el tono estival de la jornada, impidió la anunciada celebración procesional ante la lógica inquietud y cuasi desesperación del entorno cofrade.

El centro neurálgico del encuentro onubense y eclesial quedó asentado en la transitada Plaza de las Monjas, bajo la presidencia del obispo diocesano y el rezo de seis misterios relacionados con la pasión de Cristo, acto que hubo de ser postergado a la mañana dominical. A pesar del inicial y aparente fracaso ante la suspensión del acto sabatino con la desoladora presencia de las enfiladas y humedecidas sillas, ausentes del reclamado gentío y sometidas al goteo arrollador de una pertinaz lluvia, que cubrió de intranquilidad los ánimos depositados por el Consejo de Hermandades de la ciudad de Huelva. La guía cofrade anunciaba el evento de la Magna onubense prevista para la tarde del sábado 19 de octubre (17 pasos presididos por el Resucitado), con la seguridad y la garantía depositadas en dicha jornada. Mas, no todo fue desarraigo y pesar, ya que, algunos, entre los que me incluyo, tuvimos el privilegio de contemplar la exposición y muestra cofrade en el Ayuntamiento onubense, propiciada magníficamente por la Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Apostolado del Santísimo Cristo de la Fe y Nuestra Señora de la Caridad con motivo de su XXV aniversario fundacional.

Durante la tarde, las escasas hermandades que pusieron los pasos en la calle tuvieron que refugiarse con la premura de una lluvia que impidió el lucimiento, por lo que hubo que esperar a la siguiente jornada sublimada en soleada, intensa y cálida mañana dominical. Desde su inicio, tuve la personal fortuna de contemplar la imaginería expuesta en los distintos templos capitalinos (Catedral de la Merced, Santa Teresa, San Francisco de Asís, Purísima Concepción, Sagrado Corazón de Jesús, El Carmen, Los Dolores, El Pilar y San Pedro), iglesias, (Santa María de la Esperanza con su Hermandad de San Francisco), ermitas (Soledad), capillas y hermandades (Jesús Cautivo). Integradora visita complementada por la detallada información y orientación aportadas por el afable hermano mayor de los Estudiantes, Javier Pérez Blanco, junto a los consejos y datos facilitados por algunos artistas del pincel, encabezado por José María Franco Gutiérrez, y por su hijo y amigo, el escultor Alberto Germán Franco Romero, junto a la generosa presencia del restaurador e imaginero de la tierra, Juan Luis Aquino Pérez.

Ante el cúmulo y la variedad de imágenes de carácter procesional resueltas durante la segunda mitad de la pasada centuria, pude admirar el exitoso legado imaginero onubense, inspirado por la gubia de diversos artistas, generadores de una belleza humanada y divinizada, encarnada en madera vista y policromada.

La sed de Dios y el anhelo por contemplar su rostro constituyeron objetivo inalcanzable y excesivo ante los límites de nuestra percepción y capacidad visual. Con creciente interés, pude contemplar en el interior de las naves edilicias de San Pedro, la Concepción o la Victoria, los grupos ya dispuestos para recorrer y visitar en su anunciado itinerario procesional, las arterias y plazas de Huelva. Resultaba insólito advertir en consonancia a la estival climatología prorrogada en plena fase otoñal, la reinante fenomenología integradora de una atípica Semana Santa, dispuesta para ser compartida y vivenciada con la intensidad de los cinco sentidos en actitud predispuesta a honrar al cofrade único y mayor, acompañado de su solícita Madre, en participada, compartida y multitudinaria devoción.

El integrador patrimonio imaginero y cofrade fundamentado durante la anterior centuria y el actual comienzo del nuevo milenio responde a la pluralidad y buenhacer generados por los denominados "maestros de la gubia". Plural y engordada estadística integrada entre otros artistas, escultores e imagineros, por el alcireño de origen, Ramón Chaveli Carreres, asentado en Jerez de la Frontera, en pareja cronología al longevo y avezado artista de Picassent, Enrique Galarza Moreno, autor del colosal conjunto del cenáculo onubense presidido por el Señor, de León Ortega.

Prosigue la relación con el desconocido, por lo general, escultor valenciano que desarrolló su quehacer escultórico en los madrileños Talleres de Arte Granda, Julio Vicent Mengual, y su hijo, el también escultor, José Luis Vicent Llorente, además de la imaginería generada por José Rivera, Gómez del Castillo, los gaditanos Luis Ortega Bru y Martín Lagares, el extremeño y académico Enrique Pérez Comendador, artífice de la imagen patronal onubense de San Sebastián. En el foco andaluz hay que reseñar la actuación artística de los sevillanos, José Manuel Bonilla Cornejo, Luis Álvarez Duarte, Juan Abascal Fuentes, Lourdes Hernández Peña, Juan Manuel Miñarro López, José María Leal Bernáldez y Miguel Bejarano Moreno.

Tampoco escasea la nómina de los artistas de la tierra, presididos por el artista nacido en Higuera de la Sierra, Sebastián Santos Rojas a los que se suman: Elías Rodríguez Picón, David Valenciano Larios. Francisco Márquez, el Cano y Enrique Pérez Saavedra, junto a la dilatada y meritoria producción del artista e imaginero de origen ayamontino Antonio León Ortega, el escultor por antonomasia de la imaginería procesionada durante la Semana Santa onubense, autor de buena parte de la escultura religiosa contemplada en la matinal dominical. A la espera de la edición y puesta de largo de la tesis doctoral rubricada exitosamente por el también escultor Alberto Germán Franco, dedicada a su excelso y considerado maestro, el estilo y la trayectoria imaginera de León Ortega inciden en la singularización escénica, a partir del correcto tratamiento anatómico y el dominio del controvertido oficio de la gubia, asumidos en la plasmación de los pliegues y cabellos que rezuman un atemporal clasicismo, en símil a la plasmación iconográfica de sus múltiples imágenes cristológicas, marianas y hagiográficas.

Supo interpretar con la maestría que destilan sus imágenes encauzar la devoción popular onubense, apreciable en sus consideradas encumbradas piezas, encarnadas en los grupos de Angustias mariano y del variopinto y colosal agrupamiento de personajes integrado en el Descendimiento, pleno de conjuntadas y armónicas figuraciones ascensionales que reclaman la sugerente y apuntada espiritualidad de estilo, proyectado a la talla completa, exenta, policromada y estofada. El paso del Descendimiento resta permanente expuesto en el templo dedicado al vicario Pedro, sin obviar su acierto y participación en diversidad de tallas como, las del Cristo del Amor, el misterio del Desprecio de Herodes, Jesús despojado de los Mutilados, Cristo Cautivo, Jesús del Calvario, Cristo de las Tres Caídas y Verónica, Cristo de la Sangre, el Cristo de la Fe, además de su intervención en la imaginería de signo mariano, como la titular de los Ángeles, Rosario, Cena, Paz de Mutilados, Amor y Valle, o las más antiguas de la Victoria y San Juan, desaparecidas en el incendio de 1953.

El dilatado y cualificado legado imaginero concebido y resuelto por la gubia de León Ortega, merece especial refrendo, apoyo y cuidado de instituciones y particulares, en su proyección y conservación, en evitación, de posibles cambios conceptuales sujetos más a la moda y puntual percepción, que a la contextualización del ideario y al proceso escultórico esbozado en origen, nunca exento como aludía Arias Montano de la perseguida espiritualidad, modernidad y clasicismo que destilan sus esculturas Su espiral tridimensionalidad consigue expresar la particular fisonomía judía del hijo de María, la universalidad del hombre eterno, y la singularidad teológica del Hijo de Dios encarnado, tres categorías afines a la historia de la filosofía y de las artes plásticas. Sus imágenes incorporan con hondura el rostro de un Dios, al que se reza y espera, en consoladora y silente presencia en el templo, o acogido en la expectante bulla de la calle, predispuestas en su aparición, función y cometido a la santificación de cada rincón del transformado urbanismo onubense. Por suerte, se han ido creando distintas comisiones de imaginería, integradas por profesionales del ramo artístico y cofrade, con el encargo de velar por los cambios asumibles, las innovadoras incorporaciones imagineras y las oportunas restauraciones del patrimonio heredado.

En síntesis y, a pesar del negativo comportamiento climatológico, hay que felicitarse conjuntamente por el esfuerzo depositado en la anhelada Magna onubense. Un fin de semana que me permitió contemplar con la requerida y oportuna excepcionalidad, el desconocido y sugerente patrimonio artístico y escultórico onubense, dotado de la requerid armonía compositiva y revestido de la solícita belleza que me permite confesar con sincera gratitud el viaje y estancia a la capital onubense.

miércoles, 21 de agosto de 2013

El homenaje de La Canaleja a León Ortega en el Huelva Información.

Noticia en Huelva Informacion.es

Homenaje al escultor León Ortega



Un azulejo conmemorativo luce ya en la aldea de La Canaleja, donde se gestaron obras importantes.

El Ayuntamiento de Almonaster la Real realizó el pasado sábado un homenaje a la reconocida figura del escultor onubense Antonio León Ortega en la aldea de La Canaleja. El tributo consistió en la colocación de un azulejo conmemorativo, en cerámica, que recoge la estancia del escultor en esta aldea serrana durante varios veranos seguidos en la década de los cincuenta del pasado siglo.

Antonio León Ortega subía en tren desde el sur hasta La Canaleja con toda su familia y todos los elementos necesarios para seguir trabajando, ya que más que un periodo de descanso se trataba de una huida de las altas temperaturas en la capital y litoral onubense en verano. Así, varias de sus mejoras obras se gestaron en la Sierra, zona que cuenta con un importante número de esculturas de este artista.

El azulejo está instalado justo en la fachada de la casa donde se hospedaba la familia en verano, ahora de propiedad privada y cuyos dueños han tenido a bien su ubicación.

El homenaje contó con la presencia de numerosos vecinos de Almonaster, gran parte de ellos de La Canaleja, y varios miembros de la familia de Antonio León Ortega. Entre ellos, sus hijos Antonio y Angustias León y sus nietas Margarita García y Amanda León, esta última encargada del diseño del azulejo al dedicarse profesionalmente a ello. Tampoco faltaron Alberto Germán Franco y José María Franco, hijo y padre respectivamente, y grandes amigos de la familia León Ortega.

Precisamente Alberto Germán realizó recientemente su tesis doctoral sobre todo lo que rodea al escultor, consiguiendo un sobresaliente cum laude. Y por supuesto, no faltó el alcalde de Almonaster, Manuel Ángel Barroso, en calidad de anfitrión y quien desde un principio tuvo a bien esta idea rubricada en el azulejo realizado en los talleres de Cerámica Estuario.

En la emotiva presentación se pudieron escuchar a los hijos del gran protagonista y a varios vecinos que aún, pese al paso del tiempo, lo recuerdan perfectamente.




domingo, 18 de agosto de 2013

Homenaje en La Canaleja (Almonaster La Real ) al escultor León Ortega.



Anoche tuvo lugar en la aldea de La Canaleja del municipio de Almonaster La Real un homenaje al escultor León Ortega promovido por el Ayuntamiento de Almonaster y presidido por su Alcalde Manuel Angel Barroso, que una vez más ha demostrado su especial sensibilidad con la cultura y con el Patrimonio de su Municipio. El acto contó con la asistencia de numerosos vecinos y de la familia del escultor así como del promotor del mismo Alberto Germán Franco junto con el Alcalde y consistente en el descubrimiento de una Placa de azulejos conmemorativa de la estancia del escultor en la aldea de La Canaleja junto con su familia en la década de los cincuenta del siglo pasado.



El Alcalde de Almonaster La Real Manuel Ángel Barroso, a la izquierda, descubriendo la Placa junto con los hijos del escultor Angustias y Antonio.






El Alcalde Manuel Ángel, en el centro, acompañado por Jose María y Alberto German Franco y por la familia del escultor.


domingo, 7 de julio de 2013

Germán Franco dignifica la obra de León Ortega en su tesis

Noticia en el Periodico de Huelva

El escultor pretende dar el reconocimiento que se merece la obra del imaginero ayamontino
Casi 20 años de investigación hasta que finalmente el escultor onubense Alberto Germán Franco defendió en la Universidad de Sevilla su tesis doctoral que lleva por título ‘Antonio León Ortega: una imaginería concebida como escultura’.

Por eso cuando Germán Franco explica cómo han transcurrido estos casi 20 años estudiando la obra de León Ortega, dice que “con mucho sacrificio porque cuando ya parecía que estaba todo salían otros temas nuevos de estudio. Es una obra muy extensa y nos lleva a unas conclusiones, al principio, insospechadas. Hemos recorrido media España buscando obra de él y creo que seguirán saliendo obras porque su vida y su obra es apasionante”.

El objetivo de la tesis, “es dignificar la obra de León Ortega, pero desde un punto de vista artístico, es darle otra perspectiva” asegura el escultor que dice que “él tiene una obra singular porque no sigue los cánones del barroco sevillano, sino que comienza con influencia de la escuela levantina, de la escuela castellana del XVI y XVII y aporta su propia personalidad y por eso la de León Ortega se convierte en una obra singular porque después de su muerte se demandaba otra vez la línea barroca”.

Para Alberto Germán “él fue buscando su propio estilo, es una producción que si bien empezó con una línea más barroca, fue buscando la simplicidad, más austera, más espiritual, lo que era más su propio carácter”. Y es que en esta tesis, su autor hace una reflexión “para que la gente conozca su obra, pero no sólo por su devoción, sino también saber que ha salido de unas manos, con un sacrificio, porque con muy pocos medios han dejado un patrimonio incalculable”.

León Ortega puede ser un “referente para los artistas plásticos de ahora que están pasando por estos tiempos de crisis porque más apuros que pasó él, no creo que se pueda pasar, la época de la posguerra”, asegura Germán Franco.

Lo más sorprendente de León Ortega era su obra privada, esa es la que le marca de una época a otra. Sólo lo que hay en Huelva no define la obra del imaginero ayamontino porque hay un momento en el que cambia la fisonomía de los cristos que hace. Hasta que no se hace una lectura global de los cristos suyos que están en distintos lugares no se entiende bien su obra. Es como un gran puzle en el que van encajando las piezas.

vinculación// Alberto Germán Franco venía a Huelva de la mano de su abuelo Domingo Franco, que le llevaba a conocer las cosas de Huelva y también le llevó a conocer a su amigo Antonio León Ortega a principios de los años 70. La escultura para Alberto fue un descubrimiento y ver trabajar a León Ortega se le quedó grabado en la retina. Lo recuerda como un hombre “de gesto amable y ese semblante de sabiduría que da los años”, y fue ahí donde comenzó su afición por la escultura, pero fue en la Facultad de Bellas Artes cuando se dio cuenta que eso era lo que quería hacer.

Germán Franco dice que “no me puedo quedar con una obra sola, pero sí es cierto que hay un Cristo al que yo le tengo un cariño muy especial y como yo soy hermano de Estudiantes, es el Cristo de la Sangre”. Pero asegura que “para León Ortega también era muy importante y de hecho la misa de ‘corpore in sepulto’ se hizo a los pies de este Cristo y la Virgen del Valle se vistió de luto por su autor el año que murió”. Pero también “tiene una extensa obra religiosa a cual mejor y no deja de sorprender su obra”. Algo que es de destacar es que “había figuras que aunque le encargaban para vestir, él las hacía de talla completa, ahí está la valentía de este escultor”, indica Germán Franco.

Después de defender la tesis, dice, “me sentí como que había saldado una deuda conmigo y con Antonio León Ortega. Yo hice mi exposición muy tranquilo y la disfruté porque la hice como yo quise y el tribunal entendió lo que yo quería hacer y dar a conocer y lo que significa esta tesis doctoral”. Además quiere “seguir con la investigación de la obra de León Ortega porque esto aún no ha acabado y sé van a salir muchas más cosas.